La respuesta es … sí, es una situación muy común que afecta a muchas personas. El cambio de estación es, de hecho, un momento delicado para el cuerpo, que debe «adaptarse» a los cambios de temperatura y de las horas de luz.

En particular, son principalmente el sueño y el apetito los que se ven afectados, por lo tanto, en este período es perfectamente normal sentirse más cansado, estresado e incluso ansioso.

Para contrarrestar este tipo de sensación, es importante comenzar desde lo básico, es decir, el sueño y la nutrición. Si el cambio de estación te causa falta de apetito, opta por alimentos ligeros pero nutritivos ricos en vitamina B, como legumbres, pescado, carne blanca y yogur.

Si, por otro lado, sientes que duermes mal, trata de no quedarte despierto hasta tarde, acuéstate temprano para descansar la mente y el cuerpo. Los horarios regulares también ayudan al cuerpo a estabilizarse.

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